Nada es lo que parece

En estos tiempos en que la mayoría de los autores y autoras se desviven por proclamar su nombre a los cuatro vientos en pos de notoriedad, resulta extraño que alguien se ampare tras un seudónimo y no desvele su rostro. No hay nada sospechoso en esta actitud. Tan sólo un fleco más de la rebeldía que destilan cada uno de los relatos que componen este libro. María Myns -máscara de la autora- siempre ha sido defensora del anonimato en el mundo del arte, a fin de que no exista condicionante alguno entre el artista y su destinatario final: el público. Esa es la única manera que ella entiende para que las sensaciones, las impresiones, las emociones, fluyan puras y libres. María Myns, amante de la fotografía, de la literatura, del cine, de los viajes y de los grandes placeres que proporcionan las pequeñas cosas, nos deja en este trabajo un puzle de vivencias directas e indirectas en el que su compleja personalidad queda reflejada con esa nitidez confusa de la superficie de los lagos.