La gorda

Lucía Lamas nació en Cuenca el 15 de diciembre de 1992, el año de las Olimpiadas de Barcelona y en el que Rosario sacaba “Mi gato hace uy uy uy”. Una de las canciones favoritas de la Lucía de 9 años. A día de hoy se sigue planteando si tiene connotaciones sexuales. Que igual sí. Con 10 años fue nombrada como “Genio y Figura” en los campamentos de los curas en Beteta (Cuenca). Se pasó casi todas las pantallas de la Iglesia siendo confirmada y llegando a ser catequista. Por lo que sea, al final no fue su camino. Su abuela aún llora porque no haya sido monja, y más porque en su IG pone “artista”, pero ni canta, ni baila. Lo que sí que hace es trabajar como representante de artistas, copy creativo y productora audiovisual y de eventos, aunque estudió Periodismo. Se vino arribísima en 2019 y empezó a hacer monólogos, llegando a tener 3 fans, 2 acosadores y un hater. En 2021, con tremendo síndrome de la impostora, estuvo dando clase en Trabajo Social en la UCLM. Es que es mu comprometía con lo social la chavala. Era la típica que siempre era la delegada de la clase. En 2022 escribió y dirigió su primer cortometraje, “María”. Una poquita de nostalgia por el mundo de las Vírgenes con tremendo flow 2000 y texto feminista a tope. Se le da mu bien imitar el sonido de las sirenas de las ambulancias de Madrid, sacar parecidos a la gente y liarse cuando no iba a salir. Pero eso es porque es sagitario. Por cierto, este es su primer libro. A ver qué tal. Ella está nerviosísima con el tema.