108 metros The new working class hero

Un viejo cocinero tóxico sacado de un libro de aventuras, una limpiadora de retretes enamorada de la ópera y un anciano actor shakespeareano y lobotomizado, junto a un grupo de jóvenes ayudantes que se dedican a dar pequeños palos para animar su miserable vida. Este es el elenco que comparte vida, peripecias y trabajo con un italiano emigrado a Inglaterra en los años 90. Los hisjo de la clase trabajadora fueron a la universidad para descubrir que la estabilidad laboral se había esfumado con las jubilaciones de sus padres y que a ellos les esperaba la precariedad y la emigración. En 108 metros se habla de fuga de cerebros, pero también de limpieza de baños en Bristol, de platos fregados en un comedor de Dorset o de una falsa pizzería de turcos que se hacen pasar por napolitanos. De fondo, el Brexit y una clase trabajadora empobracida que busca su propio orgullo. Entre peleas, cervezas y fútbol, los personajes de antiguas novelas de Salgari se reencarnan en las cocinas del otro lado de Canal mientras el fantasma de Margaret Thatcher persigue al protagonista. Hasta su regreso a unaItalia donde las torres oxidadas de las acerías de Piombino, las de los railes de 108 metros, aún dan sombra a los campos de carbonilla donde los críos de los años ochenta soñaban con convertirse en jugadores del Livorno.