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Hoja de ruta. Hacia la paz en el Kurdistán | Prólogo de Arnaldo Otegi al libro del líder del PKK Abdullah Öcalan |

Recibo con agrado en esta prisión de Logroño, en la que me encuentro cumpliendo condena por mi mera actividad política, la propuesta de prologar la edición en castellano del escrito del compañero Abdullah Öcalan Hoja de ruta, originalmente hecho público en enero de 2011 ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El compañero Apo ha estado hasta hace poco sin recibir visita alguna, ni tan siquiera de sus abogados, por lo que nadie, salvo el Gobierno turco, sabe nada sobre su estado. Es además un orgullo realizar este preámbulo en el mismo momento en el que el PKK, con Öcalan a la cabeza, vuelve a tomar la iniciativa, rompiendo el bloqueo del escenario turco-kurdo. El llamamiento de Öcalan –en el histórico Newroz de 2013– al alto el fuego y a la retirada del interior de las fuerzas armadas del PKK, como un paso en el proceso de diálogo y negociación, debe ser reconocido por la comunidad internacional como clara muestra de la voluntad kurda para resolver el con! icto. Esperemos que el Gobierno turco no desaproveche la mano tendida.

Deseo, en ese sentido y en primer lugar, enviar a sus compañeros de lucha y al conjunto del pueblo kurdo un saludo revolucionario por parte de la izquierda abertzale, recordándoos algo que sabéis muy bien, y es que siempre tendréis en nuestro pueblo un pueblo hermano y solidario con vuestra lucha. Como muestra de estos profundos lazos, deseo recordar el mensaje de solidaridad trasmitido ya en 1966 al Comité de Solidaridad con la Revolución Kurda o la participación vasca en el 15º Congreso de la Asociación de Estudiantes Kurdos en Europa –celebrado en Bucarest en 1972–, junto a miembros del movimiento palestino Al Fatah y el PDK, haciendo los presentes un llamamiento final a favor de un frente mundial de los pueblos oprimidos, además de mostrar la solidaridad con la lucha kurda, la palestina y la vasca.

La Hoja de Ruta que se presenta aquí tiene su origen en el proceso de contactos y diálogo abierto entre el Gobierno turco y el mismo Öcalan y representantes del PKK entre el año 2009 y 2011. Proceso secreto del que conocíamos algo, dado que en sus prolegómenos, y cuando nosotros todavía nos encontrábamos en el proceso de negociación abierto con el Gobierno de Zapatero, habíamos sido contactados por parte de las organizaciones políticas kurdas hermanas para que les explicásemos el desarrollo de nuestro propio proceso.

El proceso de diálogo abierto por el Gobierno turco descarriló y, leyendo sus pormenores, no me cabe más que ver en su desarrollo el reflejo de actitudes similares a las del Gobierno español. Ante las propuestas presentadas por el movimiento kurdo y Öcalan, el Gobierno turco no presentó ningún plan, siguiendo así la tónica de los representantes españoles de ir a la mesa de negociaciones con papeles en blanco y sin propuestas. En el proceso de Loiola era siempre la izquierda abertzale la que presentaba propuestas constructivas para el debate y lo mismo ocurrió en el diálogo que mantuvimos en Ginebra, únicamente acompañados por la actitud –así mismo constructiva– de los facilitadores internacionales.

Del mismo modo, se observa en la actitud del Gobierno turco una intencionalidad clara de mostrar la buena voluntad del movimiento kurdo como debilidad, intentando señalar los actos de creación de confianza promovidos por el PKK –como fue la presentación en la frontera de delegaciones de paz de la guerrilla– como meros actos de rendición. Una constante también en la actitud del Gobierno español, donde signos y pasos para construir escenarios de diálogo se entendían y entienden como muestras de debilidad de la izquierda abertzale. Un modo de diálogo y negociación que busca la derrota de la otra parte y no un escenario compartido de ganancias.

Por último, el mantenimiento e incluso incremento de las políticas represivas en tiempos de distensión y diálogo –con ilegalizaciones, detenciones masivas, ampliación ad infinitum del concepto de actividad y organización terrorista...– es algo también conocido por la izquierda abertzale. Juegan, así, los Gobiernos turco y español con patrones similares a la hora de dar respuesta a las aspiraciones legítimas de los pueblos kurdo y vasco, pues en ambos casos el combate es político: su objetivo es poner coto a la legítima voluntad de ambos pueblos. El problema de fondo para estos Gobiernos no es, ni ahora ni antes, la violencia.

El problema está en la negativa a aceptar escenarios democráticos donde las aspiraciones sinceras de los pueblos (cualquiera que sea dicha aspiración) sean respetadas. Es esa la gran diferencia entre la actitud que muestra el Estado español ante las naciones vasca y catalana o el Estado turco ante la nación kurda y el modo de arreglar la misma controversia que muestran el Gobierno canadiense o el Gobierno británico ante las aspiraciones quebequesas o escocesas. En definitiva, la diferencia está en la carencia democrática de dichos regímenes, directos herederos de Estados dictatoriales que carecieron de reales y profundas rupturas con los mismos. Es la falta de cultura democrática lo que conlleva a que los dos Gobiernos opten por la represión y la negación ante legítimas aspiraciones. El problema no es vasco o kurdo; el problema no es catalán. El problema es español, el problema es turco.

En cuanto a la Hoja de Ruta propia que presenta Öcalan, poco tengo que decir más que mostrar mi total respeto y apoyo a la misma. Es una Hoja de Ruta presentada por un movimiento que representa la clara voluntad mayoritaria del pueblo kurdo, que entiende que en este contexto histórico es lo que mejor responde a los intereses del pueblo kurdo. La solidaridad internacionalista entre los pueblos en lucha por nuestra liberación nunca se sustenta en decir a los demás lo que deben hacer sino en apoyar, en todo lo posible, lo que legítimamente estos decidan. Esa es y ha sido la cultura política histórica de la izquierda abertzale ante la lucha palestina, saharaui, irlandesa o la propia kurda.

Entiendo, además, que dicha propuesta parte de dos premisas básicas que son también la base de toda nuestra filosofía política: el reconocimiento de los pueblos como sujetos, como sujetos de decisión; y la necesidad de establecer marcos y escenarios democráticos donde estos sujetos decidan el modo de autoorganizarse internamente, así como el modo de relación que desean mantener con los demás pueblos. Partiendo de esta premisa, Öcalan hace una propuesta que, entiende, se adecua de la mejor manera al contexto histórico, estatal y regional que vive el Kurdistán, distinto, como no podía ser de otra manera, al contexto histórico, estatal y regional del pueblo vasco. Pero los elementos principales son, a nuestro entender, las bases que hemos mencionado.

La solución al conflicto vasco pasa por dichas premisas, unas premisas que hacen posible alcanzar un marco democrático, donde todos los proyectos políticos sean realizables, incluido el proyecto de unidad territorial e independencia vasca al que aspira la izquierda abertzale. El conflicto político y su solución pasan pues por alcanzar dicho marco. Y es ahí donde la sociedad vasca, el conjunto de fuerzas abertzales y demócratas deben dirigir sus esfuerzos, es ese el compromiso histórico que deben alcanzar las fuerzas políticas, sindicales, sociales abertzales y demócratas de este país. Es ahí donde todos los abertzales y todos los verdaderamente demócratas debemos hacer un esfuerzo. En acordar la hoja de ruta que nos lleve al reconocimiento de Euskal Herria como pueblo, nación, con pleno derecho a decidir sobre su futuro. Un derecho a decidir que signifique que podamos decidir libremente las relaciones internas entre los diversos marcos de decisión del que actualmente nos dotamos los vascos, así como sobre las relaciones externas de nuestro pueblo con los Estados español y francés y Europa. Un escenario democrático. Un escenario que nos permita la reconstrucción de nuestro pueblo.

Y el cambio estratégico que desarrolló la izquierda abertzale a través de Zutik Euskal Herria, tenía y tiene el único objetivo de hacer posible la acumulación de fuerzas necesaria para poder alcanzar dichos objetivos. Un cambio estratégico que buscaba y busca modificar la correlación de fuerzas y acelerar la confrontación política de carácter democrático con aquellos que niegan al pueblo vasco ser dueño de su destino, a través de un proceso democrático nacional. Ya no hay motivo ni excusa para no poder acordar entre el conjunto de demócratas y abertzales un compromiso de actuación que nos lleve a ese escenario. Algo que la actual, profunda y cuádruple crisis que padece el Estado español (financiera, económica, territorial e institucional) hace más necesario que nunca. Esa es la tarea a la que nos tenemos que encomendar. Tenemos una oportunidad histórica para avanzar y no podemos dejar que pase. Apelo al conjunto de abertzales y demócratas a avanzar en el compromiso común por dar solución a las consecuencias derivadas del conflicto armado (como son los presos y huidos, la desmilitarización y el reconocimiento y reparación al conjunto de víctimas) así como por el reconocimiento de Euskal Herria como nación y el derecho a decidir sobre su futuro.

En este camino estoy convencido de que veremos, así mismo, al pueblo kurdo avanzar en su lucha por un escenario democrático y en paz. Los asesinatos de las tres militantes kurdas en París, a las que rindo homenaje, muestran el nerviosismo de aquellos que buscan aferrarse al pasado, sectores que viven y se enriquecen del conflicto. También los vemos en el Estado español. Es la agenda de los securócratas, de los que viven del y para el conflicto. Es posible que todavía intenten devolvernos al pasado, pero se equivocan. No lo conseguirán.

Termino. Deseo enviar desde aquí el total apoyo de los abertzales de izquierdas de Euskal Herria a nuestros hermanos kurdos y su lucha por su tierra y la libertad. Estoy convencido, compañero Öcalan, que más temprano que tarde nos veremos paseando por aquellas abiertas alamedas que mencionaba el presidente Allende, aquellas alamedas «por las que pase el hombre (y la mujer) libre». Un abrazo solidario y fraternal del compañero de la celda de al lado.

ARNALDO OTEGI MONDRAGON

Gora Euskal Herria askatuta!

Gora Kurdistan askatuta!

 

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