'La cuestión': un libro por encargo para dos (fallidos) procesos de negociación

La cuestión

Hay libros que se hacen para poquísimos lectores pero resulta obligada su publicación. En enero de 1989, Euskal Herria contenía la respiración: ETA declaraba una tregua y negociaba en Argel con el Gobierno del PSOE. Vera y Eguiagaray, cúpula del Ministerio de Interior y criminales condenados más tarde por integrar la cúpula del GAL, se reunieron con Eugenio Etxebeste, Belén González e Ignacio Arakama que representaban a ETA. Las dos partes tenían a su vez su equipo de asesores. Iñaki Aldekoa, a la sazón miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna, me visitó con premura:

Jose Mari, necesito materiales sobre la cuestión de Navarra, que sirvan de argumentario en la mesa de negociación. Me marcho en tres días.

Por suerte tenía un trabajo adelantado y en el plazo entregué un volumen que tenía un título enigmático, La cuestión, y recogía apresuradamente la postura histórica de las izquierdas y del republicanismo navarro en favor de la unidad vasca; las votaciones de Navarra en torno al Estatuto; el manifiesto, tan olvidado, del Frente Popular Navarro en 1936, firmado por todo el abanico republicano, incluidos el PCE, la UGT, Juventudes Socialistas y PSOE, alertando al nuevo Gobierno de que una Navarra alejada de sus hermanas sería pasto del caciquismo; las declaraciones recientes de los dirigentes del PSOE navarro –Urralburu, Arbeloa– en pro de la unidad territorial; la actitud histórica del liberalismo vasco sobre el tema; proyectos antiguos de autonomía para las cuatro provincias… ¡hasta bandos de las guerras carlistas en los que el Ejército español reconocía la territorialidad vasca!

Las negociaciones fracasaron, el Gobierno de los GAL volvió a las andadas y ETA a las suyas, mientras que Eugenio y sus compañeros eran deportados a Santo Domingo. En algún ministerio de Argel, o de Madrid, o en alguna papelera, se quedaría nuestro bienintencionado y apresurado «libro».

Lo que son las cosas, a finales del 2005, Arnaldo Otegi y el excompañero de la editorial Pernando Barrena nos visitaron en Tafalla. Otra vez eran tiempos de tregua y negociación. Los acuerdos de Loiola estaban al pil-pil y con necesidad urgente de blindarlos.

Nos hacen falta materiales históricos sobre Navarra, que ayuden al PSOE a reconsiderar su postura y que vuelva a coger su senda histórica respecto a la territorialidad vasca –dijo Otegi.

De nuevo el mismo libro de encargo. Pero habían pasado 17 años y ya se sabía mucho más sobre el tema, así que esta vez la edición fue corregida y aumentada. Se añadió un subtítulo: La cuestión. Navarra en el País Vasco. Una mirada histórica desde la izquierda, y a lo recogido en 1989 se le añadió un diccionario-guía con la historia del PSOE y UGT navarros, sus debates sobre el tema, biografías de todos los líderes históricos del socialismo, etc. Al final, un tomo de casi 200 páginas, del que hicimos diez copias para toda la comisión negociadora, encuadernadas en cartoné, con el escudo de Navarra grabado y una firma seudónima con fuertes reminiscencias en el socialismo navarro: Ricardo Zabalza.

Mañana mismo tendrá una copia el presidente Zapatero –aseguró Otegi.

No pasó un año y la cuestión saltó por los aires junto a la T4 de Barajas. Y con ella muchas esperanzas puestas en el proceso. Como la vez anterior, el «libro» acabaría en una papelera o en algún expediente oficial, que viene a ser lo mismo, pero todavía habría una tercera edición para todos los públicos: esa vital y demandada información sobre la cuestión navarra acabó recogiéndose en un voluminoso libro, Vascosnavarros. Guía de su identidad, lengua y territorialidad, que estoy seguro deberá consultar cualquiera que en el futuro quiera resolver el nudo gordiano de nuestro engarce institucional.

Arnaldo Otegi –«lomásbonitodespaña» en palabras de mi madre, vieja republicana todavía sin maliciar por el independentismo– recibió un ejemplar en la cárcel de Logroño, donde los españoles lo tuvieron secuestrado seis años. Allí, en el locutorio número 12, bien vigilado, con muecas, gestos y mudos aspavientos para que no quedara grabado lo que decía, Arnaldo se tiraba de los pelos por el atentado en la T4 que terminó de dinamitar los acuerdos de Loiola.

Jose Mari Esparza Zabalegi. Apología. Memorias de un editor rojo-separatista